enero 27, 2007

Cumplimiento terapéutico. ¿Cómo podemos intervenir


Cumplimiento terapéutico. ¿Cómo podemos intervenir?
Ramón Orueta Sánchez
Grupo de Utilización de Fármacos de semFYC
Fecha de publicación: 21/04/2006
La falta de adherencia al tratamiento prescrito y el incumplimiento terapéutico son uno de los grandes problemas con que los clínicos se encuentran en su actividad diaria, alcanzando, según los distintos estudios, cifras superiores al 50 % tanto en tratamientos de corta duración como en terapias crónicas, lo cual supone, de forma directa, una pérdida de la eficacia y de la efectividad de las actuaciones sanitarias y, de forma indirecta, problemas como la necesidad de nuevos tratamientos, el aumento de ingresos hospitalarios o la alteración de la relación médico-paciente. Así la Organización Mundial para la Salud (OMS), en un informe de 2003, indica textualmente que «aumentar la adherencia terapéutica puede tener un impacto más grande en la salud que cualquier avance en las terapias» (1). Dado lo anteriormente comentado, parece prioritario conocer e implementar las intervenciones que desde la práctica diaria favorezcan el cumplimiento a través de la prevención del incumplimiento y del abordaje del mismo una vez detectado.

Recientemente, se ha publicado una revisión de Cochrane sobre las intervenciones encaminadas a mejorar el cumplimiento (2). Se trata de una revisión rigurosa, que parte de una base de búsqueda suficientemente amplia que incluye las principales bases de datos existentes y emplea criterios muy estrictos de selección de los ensayos clínicos incluidos, lo que confiere una consistencia importante a sus conclusiones. Los diversos estudios revisados abarcan un amplio espectro de técnicas empleadas en la mejora del cumplimiento (información escrita, supervisión, terapia familiar, recordatorios telefónicos, etc.), realizados por muy diversos actores (médicos, enfermeras, psicólogos, etc.) y sobre distintos procesos de carácter tanto agudo (faringitis estreptocócica, rinitis alérgica, erradicación Helicobacter Pilory, etc.) como crónico o de larga duración (asma, hipertensión arterial, diabetes mellitus, tuberculosis, esquizofrenia, etc.).

Los resultados obtenidos en esta revisión lanzan luces y sombras sobre el impacto real de las intervenciones. Una primera lectura puede dar una visión negativa de las posibilidades existentes ya que pone en evidencia las distintas intervenciones que no han obtenido los resultados deseados ni en la mejora de la adherencia terapéutica ni en el control/curación del proceso y, además, las técnicas que han logrado mejores resultados en adherencia y control del proceso son precisamente las intervenciones que tienen más difícil aplicación en la practica clínica diaria por tratarse de estrategias complejas que precisan de la combinación de dos o más herramientas. Pero la revisión también presenta varios argumentos favorables que permiten realizar un análisis positivo del tema; así, p. ej., puede observarse que en tratamientos de corta duración algunas intervenciones sencillas han obtenido resultados alentadores o que la simplificación del tratamiento, intervención de fácil aplicación, es una medida eficaz para aumentar el cumplimiento.

Muy posiblemente la existencia de estos datos contrapuestos no sea más que el fiel reflejo de la dificultad de establecer estrategias globales válidas y eficaces en el abordaje del incumplimiento terapéutico del conjunto de pacientes. Distintos grupos de expertos han planteado recomendaciones para implementar de forma generalizada (3,4), aunque como ya se ha comentado, existen algunos tipos de intervención con mejores resultados que otros y deben ser estas las aplicadas de forma prioritaria a nivel general.

Dado el origen multifactorial del problema, donde más de 200 variables de muy distinta naturaleza han sido relacionadas con el mismo, probablemente lo más adecuado sería utilizar estrategias individualizadas para cada paciente que vendrían determinadas por las características de cada situación concreta; así p. ej., un incumplimiento por olvido precisa de un abordaje distinto a otro debido al miedo a tener una reacción adversa al medicamento o a una falta de adherencia debida a la presencia de un proceso intercurrente.

Se puede concluir, tal como se realiza en la revisión comentada, que el esfuerzo por tratar de obtener una adecuada adherencia terapéutica debe mantenerse siempre presente mientras el tratamiento sea necesario ya que, aunque las intervenciones no siempre obtengan los resultados deseados, los potenciales beneficios compensan el esfuerzo.

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