marzo 16, 2008

¿Qué es exactamente la depresión?





Una respetada revista científica, el New England Journal of Medicine, ha publicado en enero un completo artículo que repasa los conocimientos actuales que tenemos sobre la depresión, y sobre qué es exactamente o por qué ocurre.

La depresión a veces se inicia sin una causa clara, pero en muchas ocasiones hay un desencadenante de la vida personal que lleva a un estado de tristeza y desencanto con la vida. Lejos de lo esperado, dicho estado de tristeza no se soluciona al cabo de un tiempo, sino que se perpetúa más allá de lo deseable o lo sano.

El gran misterio es por qué no ocurre siempre que algo nos entristece y por qué no le ocurre a todo el mundo, mientras que a ciertas personas parece pasarle con bastante frecuencia (y se ponen depresivos varias veces a lo largo de su vida).

Para empezar, en este artículo se describe el tipo de persona que podría estar predispuesta de manera "natural" a sufrir depresiones. Son personas con tendencia al pesimismo, la ansiedad y el miedo extremo al sufrimiento. Este tipo de personalidad parece heredarse, hasta cierto punto, de los padres, aunque no se hereda por la transmisión de un único gen, sino que depende de muchos genes (transmisión poligénica) que a su vez pueden adoptar múltiples formas (polimorfismo genético). Por ello, es muy difícil saber qué padres con personalidad "triste" transmitirán ese carácter a sus hijos. Además, el estado de ánimo no depende sólo de la herencia; el ambiente influye bastante. Una persona que no sea excesivamente pesimista puede volverse muy pesimista si de pronto todo se le tuerce y le sale mal. Sería en esa situación cuando tendría más riesgo de deprimirse.

También explican el mecanismo que se ha comprobado que produce la depresión en personas predispuestas sometidas a un estrés continuado. La depresión se produce, básicamente, por dos motivos: 1) las hormonas del estrés (que se producen en la glándula suprarrenal), por su influencia sobre las neuronas, detienen la capacidad de la persona para cambiar de actitud y luchar contra las vicisitudes que se le presentan; 2) cuando la persona se da cuenta de esto, se estresa más aún, con lo que tiene aún menos posibilidades de sobreponerse y esforzarse por salir de la situación estresante... entrando en un círculo vicioso que de algún modo hay que romper.

Los médicos disponemos en la actualidad de una serie de fármacos llamados "antidepresivos" cuya acción más directa es la de aumentar los niveles de serotonina en el cerebro. La serotonina es un neurotransmisor natural que produce, como efecto principal, sensación de bienestar. Digamos que "contrarresta" el estrés que la persona siente ante la situació a la que se está enfrentando.

Gracias a los antidepresivos, la persona rompe el círculo vicioso. Deja de sentirse cada vez más estresada, y de este modo la glándula suprarrenal se "tranquiliza" y deja de producir hormonas del estrés. Es en esa situación cuando la persona recupera la capacidad para readaptarse y luchar contra lo que se le viene encima.

Lo duro es que el resto del trabajo tiene que hacerlo la persona. El antidepresivo le ayuda a recuperar la capacidad para reaccionar, sobreponerse y buscar la manera de solucionar sus problemas. Pero si la persona no tiene la voluntad o el apoyo necesario para hacerlo, no se conseguirá terminar con el trastorno depresivo.

Por eso es tan importante comprender que la depresión no sólo es un problema de hormonas y neurotransmisores en el cerebro. La depresión casi siempre tiene que ver con un problema social o personal que la ha desencadenado, y en las manos del paciente está el terminar de salir de ella. Usando la metáfora del Dr. Bonis, los antidepresivos son como una "muleta" en la que nos podemos apoyar, pero además son necesarias voluntad, energía, ganas de salir adelante, y la ayuda de la familia y, si se tercia, de un buen psicoterapeuta que nos ayude a desarrollar estrategias para mejorar nuestra situación vital. La muleta se podrá ir dejando de usar poco a poco a medida que hagamos rehabilitación y nuestra pierna vuelva a estar tan fuerte como antes.
Del blog de residentes de Medicina Familiar

No hay comentarios.: